domingo, 5 de mayo de 2013

Aspectos Retóricos y Semióticos

El anuncio publicitario  tiene una única finalidad que consiste en captar la atención del receptor, suscitar su interés en adquirir el producto y, en último término, la venta del producto. Para ello, recurre a todos los medios tanto verbales como visuales con tal de impresionar al consumidor. Labor nada fácil, ya que sólo el 5% de los anuncios logra, aunque sólo sea por unos segundos, captar la atención del receptor, la gran mayoría –por el contrario- son ignorados por el receptor, saturado del constante bombardeo de información. El receptor dedica un promedio de dos segundos a la percepción de un anuncio cuya comprensión en su totalidad requeriría 35 a 40 segundos.

Ante tal brevedad de atención, el anuncio debe transmitir un intenso estímulo y una fuerte curiosidad por el producto anunciado, con el propósito de persuadir y seducir al receptor para que el mensaje publicitario penetre en su mente y pueda surtir efecto. Esto se logra a través de palabras claves que abren todo un mundo imaginativo y mítico, pero el recurso más impactante es, sin lugar a dudas, la imagen. La percepción de la información en el código visual sucede de forma simultánea y holística y el procesamiento cognitivo es instantáneo. Las imágenes son una especie de inyección rápida que se escapa al control de la mente. Tienen el poder de construir un mundo de ficción. El mensaje publicitario, transmitido por la imagen, llega directamente a las emociones del receptor, ya que la percepción de la misma y los procesos emocionales se complementan directamente.  La publicidad hace uso de las técnicas retóricas en una manera muy especial, ya que ha logrado elevar la retórica no sólo a la interpretación de la palabra sino también a la adaptación de otros códigos. Según las estrategias persuasivas de la retórica clásica –informar y enseñar (docere), entretener y deleitar (delectare), apasionar y entusiasmar (movere)- la publicidad se encuentra entre el delectare y el movere. Por una parte, pretende resultar atractivo y divertido para el receptor al presentar el producto en un ambiente idílico envuelto en una historia ficticia. 

Por otra parte, debido a la saturación del mercado con productos de similares características, la publicidad tiene que transmitir valores que vayan más allá de las puras necesidades. Se trata de dotar al producto de atributos anhelados, entre otros mediante la apelación a valores hedónicos, y convencer al consumidor que sólo con la adquisición de un determinado producto conseguirá la satisfacción de sus deseos más profundos.  La semiótica, como ciencia de los signos y de sus significados, ha intentado aproximarse al fenómeno, desenmascarando la fuerza persuasiva tanto del mensaje verbal como del visual en su conjunto. El autor pionero en analizar el anuncio de una manera integral fue R. Barthes en el ya clásico artículo “Rhetorique de l’image” (1964) que ha marcado considerablemente los trabajos venideros. Este autor, a través de un análisis semiológico de un anuncio, distingue un mensaje lingüístico y dos mensajes icónicos. El mensaje lingüístico es el texto que acompaña a la imagen. Éste tiene una función de anclaje de la imagen que es polisémica y está abierta a todo tipo de interpretación. En los anuncios para perfumes el código verbal es escaso. El eslogan, elemento verbal más apelativo en un anuncio, en muchos casos es suprimido totalmente, o figura un eslogan referencial, informando que se trata de una fragancia o perfume para mujer. El nombre del producto es el elemento verbal que más destaca en el anuncio; este elemento es el que realmente tiene el peso significativo, ya que es su insignia y le confiere al perfume su poder sugestivo. 

El nombre dota al producto de su propia identidad y lo hace inconfundible frente a otros productos. La denominación de los perfumes revela ante el receptor un mundo de connotaciones positivas que apelan a emociones como la felicidad, la alegría, la pasión, la desinhibición. Existen una variedad de nombres que, en su mayoría, cumplen las siguientes funciones:

1) hacen referencia a un estado emocional de la mujer:
Allure, Contradiction, Insolence, happy, Splendor,
2) aluden a factores externos: Cinéma, Opium, Premier Jour, Alien, Into the Blue, 24 Faubourg, Paris,
3) en menor grado, apelan al nombre del creador: very Valentino, Lolita Lempicka, F by Ferragamo, Gió by Giorgio Armani.

El nombre de la marca transmite al producto anunciado una imagen positiva que se basa en factores como la garantía de alta calidad y la tradición por parte del fabricante, y contribuye, asimismo a la construcción de un mundo imaginativo. Según Barthes (1964), la imagen fotográfica transmite un doble mensaje: literalidad y simbolismo. En cuanto a la literalidad, se trata del valor denotativo de la imagen. Por ello, se entiende lo que realmente se ve en la imagen, sin añadir ninguna interpretación basada en algún conocimiento estético o cultural. 
Es la representación analógica de los elementos retratados en la imagen fotográfica. En los anuncios de perfumes podemos distinguir tres tipos de imágenes denotativas:

1) la imagen más frecuente es en la que aparece una mujer joven retratada de manera soñadora, alegre, pensativa, seductora o apasionada;
 2) una pareja en actitud cariñosa o la mujer rodeada de hombres que la idolatran;
3) la representación fotográfica del frasco de perfume.  El valor connotativo de la imagen se fundamenta en la interpretación por parte del receptor de los elementos representados de manera analógica.

 Éstos en su conjunto provocan unas sensaciones que van más allá de lo que meramente se ve. Una imagen puede transmitir varios tipos de signos y connotaciones. Todos ellos son globales y transmiten valores eufóricos. Sin embargo, Barthes apunta que la interpretación de los signos no es arbitraria, sino está en función del conocimiento práctico, nacional, cultural y estético que cada receptor aporta a la lectura de la imagen. Las distintas lecturas son el conjunto de un idiolecto del receptor. La ideología se constituye a través de los distintos significados de las connotaciones y el conjunto conforma la retórica de la imagen.
Barthes considera la publicidad como la conformación de una nueva mitología social. En efecto, igual que los mitos que explican el origen y las acciones del ser humano, la publicidad intenta dar respuesta a los anhelos más profundos mediante la propagación del consumismo, utilizando los mitos para sus fines.


La Publicidad Global


La publicidad convierte las marcas globales, conocidas en todo el mundo, en iconos del estilo de vida moderno, cosmopolita e individualizado. Mediante campañas publicitarias internacionales, se transmiten los nuevos valores globales a través de los distintos medios de comunicación impresos y audiovisuales. Los anuncios publicitarios de dichas marcas aparecen en los cinco continentes propagando el mismo mensaje publicitario. En cuanto al diseño general, los anuncios poseen la misma imagen, únicamente el texto ha sido adaptado a las culturas de recepción, en un ejercicio de localización, tal y como hoy en día se denomina el proceso de adaptación de una lengua y cultura concretas. 

En la publicidad para perfumes, en muchos casos, no se traduce la parte verbal, y el eslogan permanece en la lengua original, el inglés o el francés, según el caso, actuando el mismo idioma como icono. También esta industria se ha visto sometida al efecto de la globalización y el predominio del inglés. Tradicionalmente, los grandes creadores provenían de las casas de alta costura. Míticos son los nombres de Givenchy, Dior, Yves Saint Laurent, Coco Chanel. El lenguaje de los perfumes solía ser en francés, confiriendo al producto mediante el idioma atributos deseables como elegancia y exclusividad. La industria de este producto ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Grandes consorcios multinacionales han comprado estas marcas de gran prestigio. Podemos nombrar al Grupo LMVH que posee las importantes marcas francesas de Dior, Givenchy, Guerlain, o el Grupo L’Oreal que reúne a
Cacharel, Giorgio Armani Parfums, Lancôme y Ralph Laurens Parfums. La mayoría de las marcas de perfumes ha perdido su origen nacional para convertirse en una marca global. Tanto las multinacionales que desarrollan y comercializan las fragancias, como las agencias de publicidad que elaboran las campañas publicitarias, son grandes consorcios de ámbito transnacional sin, aparentemente, ninguna primacía lingüística y cultural. El mundo de los perfumes pertenece a la cultura global, transmitiendo un mensaje que tiene una apelación universal y que es difundido, en muchos casos, en inglés. Reuniendo un corpus de anuncios de perfumes, se observa que muchos tienen un nombre de producto en inglés –Eternity, Wish, Envy, Euphoria. El inglés como icono lingüístico transmite connotaciones tan positivas como innovación y vanguardia. Otros nombres de perfumes tienen el mismo significado en inglés y en francés -Miracle, Inspiration. Pero quedan todavía bastantes que recurren al francés para transmitir el aura y el glamour de antaño cuando el perfume era un artículo preciado por su exclusividad y elegancia –Hypnose, Je t’adore, Trésor. El perfume se ha convertido en un artículo de lujo, que hoy en día cada mujer se puede permitir. Se trata de un artículo que no está ligado a una cultura determinada, sino que es consumido por mujeres en todo el globo, pero, a su vez, el uso de un fragancia está ligado íntimamente a la personalidad de la mujer que lo lleva. El perfume tiene una larga historia, ya que el empleo de aromas y bálsamos se remonta a las civilizaciones más antiguas. Bien son conocidos los trucos de aromatización de algunas de las mujeres consideradas las más bellas en la historia como fueron Cleopatra, Lucrecia Borgia o Madame Pompadour, potenciado así su encanto y
su poder de seducción. Cada cultura ha encontrado su propio método para resaltar y embellecer la figura de la mujer. Desde los tiempos más remotos ha sido un deseo de la mujer potenciar su imagen más seductora a través del lenguaje del perfume. La publicidad utilizaeste anhelo y lo convierte en una apelación universal, igualmente válida para todos los “mercados”. Mediante modelos estereotipados sobre la belleza femenina, fundamentados en los cánones de belleza occidentales, la publicidad distorsiona la realidad y la identidad de la
mujer, creando una tipo de mujer ideal y perfecta. Sin prestar atención a los distintos cánones de belleza, determinados culturalmente, se propaga un ideal de mujer que comparte los mismos rasgos físicos –delgada, sensual y seductora- y los mismos deseos –ser guapa para atraer al hombre que quiere. Por esta razón, y así lo creen los publicistas, las mujeres en todo el mundo tienen una reacción positiva ante este tipo de publicidad. Tales mensajes emocionales –textos cortos e imágenes impactantes- se entienden independientemente del contexto cultural, ya que transmiten un  valor tan anhelado como sentirse una mujer deseada. Esto desencadena en la psique femenina otros valores más profundos como el amor, la felicidad, la confianza o la seguridad.






Objetivos de la Publicidad


Los objetivos generales, se clasifican según el propósito de los objetivos. Philip Kotler en su libro "Dirección de Marketing, Conceptos Esenciales"; propone los siguientes tres tipos de objetivos:

Informar: Este es un objetivo que se planea alcanzar en la etapa pionera de una categoría de productos, en la que el objetivo es crear demanda primaria. Por ejemplo, los fabricantes de DVD tuvieron que informar en un principio a los consumidores cuáles eran los beneficios de su tecnología.
Persuadir: Este objetivo se planifica en la etapa competitiva, en la que el objetivo es crear demanda selectiva por una marca específica.
Recordar: Este objetivo es aplicable cuando se tienen productos maduros. Por ejemplo, los anuncios de Coca-Cola tienen la intención primordial de recordar a la gente que compre Coca-Cola.



    Pros y Contras de la Publicidad


    Pros y Contras de la Publicidad

    Pros
    1. La publicidad no requiere de argumentos, sólo recurre a imágenes.
    2. La publicidad día a día mejora sus mensajes y la forma de llegar a los consumidores, haciendo que éstos mensajes sean cada vez más efectivos e inciten a comprar más.
    3. La publicidad usa en sus mensajes un lenguaje autoritario, y al ser éste un lenguaje implícito incita a la obediencia del consumidor.
    4. La sociedad de consumo es la gran proveedora y la comunidad la impulsa a crecer por su necesidad de conservar una belleza eterna y llegar a la perfección.

    Contras
    1. La publicidad hace que el ser humano no se sienta feliz con lo que tiene y promueve su necesidad de llegar a la perfección.
    2. Cada raza tiene su ideal de belleza; no existe una belleza única.
    3. La publicidad usa la belleza para vender y engañar al consumidor.
    4. Los nuevos medios de comunicación nos convierten en seres dóciles, lo cual aprovecha la publicidad para implantar en nosotros el mensaje de la “necesidad de comprar”




    jueves, 2 de mayo de 2013

    Origen de la publicidad

    La industria publicitaria ha ido evolucionando acorde con el desarrollo de los medios de comunicación y la mejora de las tecnologías.  La publicidad se ha ido amoldando a todos los cambios socioeconómicos, culturales e históricos hasta llegar a la actualidad.  Bajo la apariencia de los mensajes publicitarios se esconde la realidad de cada momento y se reflejan las cambiantes necesidades que han ido surgiendo en el mercado.  El origen de la actividad publicitaria se encuentra con la aparición del crecimiento económico y con la integración de un sistema capitalista. 

    En definitiva, se trata de una herramienta económica dirigida por las empresas que pretende incitar a la demanda.  No obstante, existen otras perspectivas que sitúan el origen de la publicidad en otras épocas.  Con la invención de la imprenta, la prensa logró una alcance masivo en el siglo XV y posteriores, por lo que se puede considerar, partiendo de un concepto diferente de lo que hoy en día se entiende, que empezó a establecer un sistema de comunicación que estimulara el mercado.

    La revolución industrial en el siglo XIX, trajo consigo una serie de hechos que ofreció las circunstancias favorables que dieron cabida al desarrollo de esta actividad.  El incremento de la producción, el progreso de los medios de comunicación, la idea de libertad de expresión como derecho fundamental, la aparición de la sociedad de clases y, finalmente la creación de la figura del profesional, hicieron posible el desarrollo de este sector.

    martes, 30 de abril de 2013

    Relación entre Mercadotecnia y Publicidad.



    Pese a la relación entre mercadotecnia y publicidad, estos dos conceptos no son lo mismo, aunque en el lenguaje cotidiano se tienden a confundir, por esto se hace necesario mirar más a fondo el significado de estos dos términos.

    Comencemos con la publicidad, la cual tiene como objetivo principal dar a conocer la marca sin ocuparse directamente de las ventas (aunque ellas deben presentar un resultado positivo ante una buena estrategia publicitaria), mientras que en la mercadotecnia, aunque la difusión de la marca está involucrada, ésta tiene, además, entre sus funciones, la manipulación directa del producto.

    Es decir, la mercadotecnia se encarga también de la manera cómo éste será distribuido, exhibido y transportado. Para ello se hace una planificación previa, es muy importante recordar que para una agencia de publicidad na

    da puede realizarse mediante la improvisación ya que esto implicaría grandes pérdidas. De allí es posible concluir, entonces, que la publicidad es un elemento primordial dentro de la mercadotecnia.


    El Lenguaje de la Publicidad.

    El lenguaje de la imagen y los textos en la publicidad tiene unas características propias:
    •La imagen, el color, la forma de las letras... llaman la atención rápidamente.
    •El texto del anuncio, el eslogan, está formado por frases breves, sencillas, fácilmente memorizables. Su misión es anunciar un producto o un mensaje e influir en el receptor.
    •El texto escrito es persuasivo: se utilizan los pronombres de segunda persona, construcciones imperativas, frases hechas, rimas, repeticiones, y otros recursos estilísticos.